top of page

REPORTES DEL CALVARIO: LA FAMILIA DEL HOMESCHOOLING EN CUBA

  • Foto del escritor: Will Lukas
    Will Lukas
  • 13 feb 2021
  • 22 Min. de lectura

✍️ Yoe Suárez 📷 Tomada de Diario de Cuba

✅ Hoy, 13 de febrero, termina la condena de Ramón Rigal.

La noticia estremeció a Guantánamo el miércoles 18 de abril de 2019: el pastor Ramón Rigal, forzudo y de espejuelos, y su esposa, Addya Expósito, menuda y recia, fueron detenidos en la mañana. No eran desconocidos para esa ciudad del extremo oriental cubano. Ganaron notoriedad en 2017, cuando enfrentaron un primer juicio por practicar educación en casa o homeschooling con sus pequeños hijos Joel y Ruth.

La detención de aquel miércoles ocurría por el mismo motivo y quebraba la tranquilidad provinciana de la urbe. Rigal y Expósito se negaban a llevar a sus hijos al sistema escolar cubano, bajo el control del Estado, por la propaganda ideológica en las escuelas, el ateísmo institucionalizado y el bullying hacia los niños cristianos. La gota que colmó el vaso fue la patada en el estómago que recibió la niña, Rut, en la escuela, en medio de burlas por su fe.

Las instituciones dadoras de sentido, los medios de comunicación y las escuelas, por ejemplo, estaban en manos del Estado desde los primeros años de la década de 1960. Y en su afán por adoctrinar a la ciudadanía, la Revolución no soltaba el tenso amarre de los diarios, las universidades, la televisión o los bachilleratos.

2017 La primera detención de Addya y Ramón, en mayo de 2017, ocurrió tras generar una pequeña revolución vecinal. Una fuente del liderazgo evangélico cercana a la pareja pastoral me explicó que “llevaban más de dos años al frente de nueve familias que sacaron a sus niños de las escuelas estatales y comenzaron el programa de clases en el hogar”.

El matrimonio fue amenazado con perder la patria potestad de sus hijos, entonces de 13 y nueve años de edad.

“Nos amenazaron con que si no nos llevaban a la escuela, a ellos los metían presos y a nosotros nos llevaban a la ‘Casa Patria’”, dijo Ruth, la hija mayor del matrimonio.

El Gobierno no pudo hacerlos cambiar de opinión, envió a la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), y llevó a Ramón y Addya ante los tribunales. “Las otras nueve familias no fueron sancionadas entonces”, añadió la fuente. “Aquí los padres no tienen derecho a dar a sus hijos la educación que desean, sino la ofrecida por el Estado a través de su sistema de enseñanza”.

La práctica del homeschooling es común en países de Europa y en Estados Unidos, pero está prohibida en Cuba. El periodista Manuel Alejandro León reportó el juicio de 2017, y sus revelaciones evidenciaron un pensamiento de barricada en la justicia revolucionaria. El fiscal que emitió prisión domiciliaria contra Addya y Ramón dijo que la educación en casa “no está permitida en Cuba porque tiene una base capitalista” y que solo los maestros están capacitados “para inculcar valores socialistas”.

El tribunal condenó a la pareja por “actos contrarios al normal desarrollo del menor” a un año de prisión domiciliaria, desenlace que provocó una manifestación frente a la sede diplomática de La Habana en Washington. Niños y mujeres en su mayoría portaban carteles en inglés. Pedían a Cuba libertad para que los padres eduquen a sus hijos según su fe, sus principios y valores.

2019 “Ahora fue que volvieron a reaccionar”, me dijo la fuente cercana al matrimonio en referencia a la detención del miércoles, 18 de abril de 2019, coincidente con el fin del año de prisión domiciliar.

Desde que saltó la noticia, estuve pendiente del fin y me vi cubriendo por más de un año las desventuras de aquella familia rota por la falta de libertades en el ámbito religioso, educativo y de la patria potestad bajo el socialismo.

En agosto de 2019 logré entrar a la ciudad de Guantánamo para entrevistar a la hija de Ramón Rigal y Addya Expósito, y fuerzas combinadas de los Órganos de la Seguridad del Estado (OSE) y la PNR me detuvieron antes de llegar a ella en plena vía pública. Me interrogaron, levantaron un acta, decomisaron el celular, y acabé deportado hacia la ciudad de Santiago de Cuba. Cinco horas de arbitrariedades.

El caso del matrimonio levantó solidaridad, en la misma medida que se ensañaban las autoridades judiciales y carcelarias.

En un vídeo de 2018, publicado por la Asociación de Defensa Legal de Home School (HSLDA, por sus siglas en inglés), Ramón denunció que el Gobierno cubano no los quería en el país, pero tampoco los dejaba salir. HSDLA recogió más de 30 mil firmas en la web citizengo.org exigiendo el fin de la violación del derecho de las familias cubanas a educar a sus hijos.

En la misma grabación, Expósito lamentó: “Ya teníamos muchas cosas vendidas y los pasajes [de avión] comprados; pero no nos dejaron salir del país”.

Lo que vino tras la segunda detención fue un juicio sumarísimo el 18 de abril de 2019, en la ciudad de Guantánamo, por persistir en educar a sus hijos en casa.

Entre la detención de los pastores en su residencia y el juicio pasaron poco más de 48 horas. Solo media hora antes las autoridades les comunicaron que comenzaría el juicio de ambos. La pareja, que no tuvo oportunidad de nombrar un abogado conocería la sentencia el 22 de abril de 2019.

Mientras tanto, la HSLDA, mantuvo abierta una recogida de firmas para apoyar a Ramón y Addya.

El juicio contra los pastores Ramón Rigal y Addya Expósito tuvo su sentencia: dos años de privación de libertad para él y uno y medio para ella, me contó la hija mayor del matrimonio, Ruth, ese mismo día.

Se les acusó de “actos contra el normal desarrollo del niño, asociación ilícita y asociación para delinquir” en medio de un “inmenso cordón policial”.

La ong londinense Christian Solidarity Worldwide (CSW, por sus siglas en inglés) mostró preocupación con el caso de los pastores asediados, por violar el derecho de los padres a dar a sus hijos una educación según sus principios, publicó.

A la par, el abogado y periodista Roberto de Jesús Quiñones llegó hasta la sede del proceso penal para representar a la pareja y los efectivos le golpearon, impidieron entrar y llevaron detenido. El caso del católico Quiñones pasó a ser, en sí mismo, un caso muy visible al convertirse en el primer periodista preso durante el mandato de Miguel Díaz-Canel.

Addya y Ramón, de todos modos, se negaban a llevar a sus hijos a la enseñanza pública cubana por la fuerte propaganda ideológica y el agresivo ateísmo que promueve. Una conexión con el colegio Hebrón, en Guatemala, les asistió todo el tiempo en la metodología y educación de los menores.

El juicio inició a las 2:27 p.m., sin posibilidad de que entrara Ruth Rigal Expósito. “Mañana martes habrá una apelación”, me dijo.

Ella se encargó, junto a su abuela paterna, de mantener al mundo informado sobre la situación de la familia. Su celular era recargado por simpatizantes y sonaba varias veces al día con mensajes y llamadas de aliento. Yo, como periodista, le llamé en muchas ocasiones para saber de novedades.

Su voz aniñada permanecía firme y directa para contestar las preguntas. Si no sabía o entendía algo, preguntaba a su abuela y, con los meses, ya entendía perfectamente cómo lidiar con la prensa.

Vivió su primera adolescencia en medio de las condenas de sus padres. No debe haber sido fácil. Pero en ese pantano legal y policíaco, en su perfil de Facebook no dejaban de aparecer selfies divertidos con sus amigas, con primas. La ternura no la abandonó, como a la familia la esperanza.

Fuera y dentro de Cuba Fuera y dentro de la isla las denuncias se alzaron. El 20 de abril de 2019, CSW pidió la liberación del matrimonio.

“Estamos profundamente preocupados por el juicio sumario de Ramón y Addya y la posibilidad de que ambos enfrenten un tiempo de cárcel significativo, dejando a sus hijos en manos del Gobierno cubano”, dijo Anna-Lee Stang, directora conjunta de Abogacía de la organización.

Y siguió con un llamado al Estado para asegurarse de que todos los niños en Cuba puedan estudiar sin hostigamiento, independientemente de las creencias religiosas de su familia.

“Los hijos de Rigal y Expósito están inscritos en una escuela cristiana privada ubicada en Guatemala y han completado su educación online a través de un programa ofrecido por la escuela”, indicó CSW.

Según la organización, “Rigal ha declarado que su deseo de educar en casa a sus hijos se debe a su preocupación, como cristiano, sobre el papel de las escuelas cubanas en el adoctrinamiento de los niños en el socialismo y el ateísmo”.

La organización señaló que numerosos grupos religiosos, incluida la Iglesia Católica, “han planteado repetidamente el problema de la falta de opciones en Cuba en lo que respecta a la educación primaria y secundaria, especialmente para los padres que no quieren que sus hijos sean educados en un currículo que promueva agresivamente el ateísmo”.

CSW aseguró que ha recibido durante años reportes sobre “hijos de pastores que fueron acosados y ridiculizados en la escuela debido a sus creencias religiosas, incluso hasta el punto de causar un trauma psicológico grave”.

“Esto es inaceptable”, fustigó la organización.

El 24 de abril de 2019 la Comisión de los Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF, por sus siglas en inglés) condenó la sentencia que el pasado lunes impuso un tribunal cubano a los pastores Ramón Rigal y Addya Expósito.

“Esta represión contra los cristianos que educan en el hogar a sus hijos es parte del asalto sistemático contra la religión por el Gobierno cubano —dijo la vicepresidenta de USCIRF, Kristina Arriaga—, que incluye el aislamiento de líderes religiosos y activistas por hostigamiento y discriminación”.

La sociedad civil cubana no enmudeció. El 3 de mayo de 2019 la Liga Evangélica de Cuba (LEC) se solidarizó mediante un comunicado con Ramón y Addya.

Ya para ese entonces ambos habían sido declarados presos de conciencia, de modo que el texto divulgado por la LEC se convirtió en la primera intervención de una organización religiosa por confinados políticos (categoría en la que reconoce al matrimonio Cuban Prisoners Defenders) desde la primera década del siglo XXI, cuando la Iglesia Católica medió en la liberación del llamado Grupo de los 75.

Hablé con el liderazgo de la LEC por esas fechas. Esperaban que las autoridades hicieran justicia en el caso del matrimonio de la ciudad de Guantánamo, pero al ver que el tribunal no cumplió el debido proceso decidieron que era hora de actuar públicamente.

La cuarta denominación protestante más grande del país puntualizó: “apoyamos el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus principios, así como el deber de realizarlo dentro de estándares pedagógicos y curriculares que aporten al desarrollo integral del menor”.

“Mientras la comunidad creyente y miles de cubanos esperan atentos la próxima apelación, solicitamos apoyo a la comunidad internacional para frenar el hostigamiento y a las autoridades cubanas una solución justa para esta familia», concluyó el texto, firmado por la presidenta de la LEC, Álida León.

Poco antes, Ruth Rigal, me manifestó que aún aguardaban por el proceso de apelación de sus padres, que no tenía aún fecha fijada. Pero esta vez ya la familia había contratado un abogado que los represente.

El totalitarismo cubano ha perseguido con afán al pastor bautista Mario Félix Lleonart, quien lidera el Instituto Patmos, una red independiente fundada el 2 de febrero de 2013 por religiosos de diferentes confesiones, que monitorea las libertades de culto y de conciencia en Cuba.

En agosto de 2016, tras frecuentes arrestos y otros actos represivos, tuvo que partir con su familia a Estados Unidos.

“Me quedó claro que tenía tres caminos: muerte (me amenazaron en más de una oportunidad, y los creo capaces), prisión o exilio. Escogí la tercera opción, que no deja de ser un castigo. Voy para cuatro navidades sin ver a mi madre y, si el sistema político no cae, no sé siquiera si la vuelva a ver. Pero desde la distancia intento hacer mi parte”.

Parte de su trabajo ha sido dar seguimiento a las violaciones de los derechos del matrimonio de Ramón Rigal y Addya Expósito. La pareja de pastores guantanameros ha sido centro de intensos debates sobre la libertad de los padres para elegir la educación de los niños, la centralización de la enseñanza y la libertad de conciencia en Cuba.

—El encarcelamiento de Rigal y Expósito en abril pasado generó un gran interés desde organizaciones que defienden las libertades individuales dentro y fuera de Cuba. Pero es un problema más viejo. ¿No?

—Desde que en 2016 el teniente de la policía Juan Heredia citó a Rigal por negarse a permitir que sus hijos continuasen recibiendo la educación ideologizada impuesta por el Estado cubano, la persecución contra esa familia no ha cesado.

»Ramón y su esposa Addya consideraron que el sistema escolar cubano no se correspondía con sus principios de fe y tradición, por lo que tomaron la decisión de ocuparse directamente de la enseñanza académica de sus hijos Ruth y Joel. Encontraron como alternativa el Programa de Educación a Distancia con Modalidad de Estudio en Casa que ofrece el colegio cristiano Hebrón, de Guatemala. Aplicaron y fueron aceptados.

»El pastor y su esposa fueron sancionados por el Tribunal Municipal de Guantánamo el 25 de abril de 2017, él a un año de prisión preventiva y ella a un año de prisión domiciliaria. Pero ese proceso judicial no impidió que mantuvieran firmes sus principios.

»Antes de todo ese proceso, Rigal y Expósito habían visitado en varias ocasiones la Dirección Municipal de Educación de Guantánamo, con el fin de buscar una solución a este conflicto, sin lograr resultados. Estamos hablando de un sistema que viola el derecho de los padres de educar a sus hijos conforme a su fe y valores éticos, que en el caso de estos pastores, en nada atenta, compite o denigra al sistema estatal de educación.

»La Declaración Universal de los Derechos Humanos concede a los padres el derecho preferente a escoger la educación que se le impartirá a sus hijos (Artículo 26).

»La información que poseemos nos indica que los pastores, en los distintos diálogos que sostuvieron con la Dirección Municipal de Educación, invitaron a los funcionarios a su casa para que evaluaran los métodos educativos que estaban utilizando.

»Esa invitación nunca les fue aceptada. Poseemos copias de las cartas que los pastores entregaron a las distintas autoridades pertinentes.

»En los tribunales donde han sido juzgados los pastores, se les ha negado el derecho a declarar, lo que es una violación al Artículo 312 de la Ley de Procedimiento Penal, entre otras muchas irregularidades.

»Luego de cumplir las sanciones de aquel primer proceso, mantuvieron la mentalidad que les llevó a encargarse de la educación de sus hijos. Y, ante el acoso constante por parte de las autoridades, esta familia avizoraba que peores cosas podían ocurrirle.

»Pensaron entonces en la posibilidad de salir del país. Consiguieron tickets de avión para volar a Guyana el 15 de abril de 2019. Pero el 13 de abril Ramón Rigal y Addya Expósito volvieron a ser visitados por la policía política para citarlos.

»Los pastores explicaron que tenían previsto ese viaje y los policías les respondieron que no tenían de qué preocuparse. Pero fueron engañados: lo que realmente ocurrió el día 15 fue que no les permitieron salir del país, los cuatro fueron “regulados” y el 16 de abril fueron a detenerlos a su casa, hicieron un registro en el domicilio y les ocuparon una laptop, programas de estudio, materiales religiosos, dos discos compactos externos y música religiosa.

»Un nuevo juicio a los pastores se realizó el 22 de abril de 2019. Ramón Rigal fue condenado a dos años de prisión, y su esposa Addya Expósito a un año y medio, que cumplen hasta hoy.

—El bullying escolar por motivos religiosos es poco abordado en los medios independientes, no ya en los estatales. Sin embargo, es algo que ocurre más de lo que se piensa, la propia Ruth fue víctima de agresión física en su escuela y esa fue la gota que colmó la paciencia de sus padres.

—Yo mismo lo sufrí. Es algo tan frecuente que incluso se da como “normal”. Últimamente las noticias se han incrementado, como en el caso de Ruth, pero también en el caso de miembros de minorías religiosas. Ahí están testimonios recientes de la comunidad judía Bnei Anusim, en Nuevitas, Camagüey; de niños cuyos padres pertenecen a la Asociación Cubana para la Divulgación del Islam, en Holguín; o de los Yorubas Libres de Cuba, en el centro del país. En grupos como los Testigos de Jehová también se reportan testimonioscon frecuencia.

—La preparación metodológica de quienes imparten educación en casa es fundamental, porque el menor debe aprender Matemática, Gramática, Biología, al menos lo básico.

—Efectivamente; se necesita ser avalado por instituciones existentes para ello. En el caso de Rigal y Expósito fueron avalados por el Colegio Hebrón. También por la organización de Homeschooling de Estados Unidos. Pero indudablemente, el caso de los Rigal va más allá de si se aprueba o no la educación de los hijos en casa.

»Podría no estarse de acuerdo con la educación de los hijos en casa y, a la vez, no estarlo con el monopolio sobre la enseñanza, como ocurre en Cuba por parte de un Gobierno que la politiza y manipula para garantizar la sumisión de las nuevas generaciones. Si el matrimonio de pastores hubiese tenido la alternativa de enviar a sus hijos a otro colegio, como los colegios evangélicos que tuvimos en Cuba hasta que fueran todos clausurados con la Revolución comunista, probablemente no habrían optado por la educación en casa.

—Entonces, ¿es en el ámbito de los principios donde empiezan los conflictos entre lo que enseña el Estado y lo que enseñan los distintos hogares y familias cubanas?

—Indudablemente es allí y no en los conocimientos relacionados con el cálculo, la escritura y lectura, la biología, etc. Pero aun en materias como estas encontramos en Cuba el adoctrinamiento político. Desde los materiales usados para aprender a leer y a escribir, hacen su aparición consignas políticas e ideológicas para permanecer a lo largo de todas las enseñanzas.

El 8 de julio de 2019 Ramón fue trasladado a régimen de severidad en la cárcel guantanamera donde purgaba dos años por educar a sus hijos en casa.

“Ahora mi papá solo tendrá visita una vez al mes, y aún no podrá comenzar a trabajar, ni siquiera dentro de la prisión”, me contó Ruth Rigal. Además, no fue hasta julio que la pareja pudo reencontrarse brevemente, tras meses negándosele esa posibilidad.

Expósito sí pudo comenzar a trabajar en el penal donde se encuentra, específicamente en la enfermería, y tenía permitido hablar regularmente con sus dos hijos. El 18 de octubre de 2019 ella esperaba la libertad condicional. Su padre envió semanas atrás una carta al Tribunal Popular de la ciudad de Guantánamo, pidiendo que la madre pudiera estar junto a sus hijos.

Ruth y su hermano menor, Joel, habían quedado bajo custodia de los abuelos.

“Joel este curso tenía todos los días una pelea en la escuela, lo ofendían”, me explicó Ruth, de 13 años, sobre su hermano menor. “Quedó muy traumado porque a mi papá lo esposaron frente a él cuando ocurrió el arresto”.

Mientras Ruth me cuenta esto va camino al centro de la ciudad, a una biblioteca. Allí está en medio de exámenes que un grupo de profesores le hacen para evaluar sus conocimientos e “insertarla” en noveno grado en septiembre de 2019. Este lunes tendrá la última de esas comprobaciones de conocimiento, en Historia de Cuba.

“Hasta ahora he salido bien —me contó—, y mi hermano terminó bien las pruebas de su año”.

En diciembre de 2019 volví a conversar con Ruth. Reinsertada ya en una escuela secundaria básica tras varios exámenes de “nivelación” que aprobó sin dificultades, me dijo que en la Navidad la familia seguiría rota.

Lloraba aún que negaran la libertad condicional a su madre.

“En la escuela vencí las asignaturas, y en algunas como Matemáticas me va bien por lo que aprendí con la metodología del colegio Hebrón”, dijo en referencia a la pedagogía de un centro guatemalteco especializado en homeschooling que siguieron sus padres.

Aunque fueron acusados de entorpecer el normal desarrollo de sus hijos los niños no tuvieron demasiado problema en vencer los conocimientos académicos que a su edad exige el Ministerio de Educación.

Aquella última vez que conversé con Ruth solo una idea la consolaba: el jueves próximo podría visitar en prisión a su padre. Aunque le habían advertido en el penal que “solo cinco minutos”.

La apelación de la pareja terminó desestimada.

La libertad condicional de Addya no llegó en octubre, y a la larga nunca llegaría.

Algo había que hacer.

Siete intelectuales y artistas evangélicos cubanos firmamos una carta abierta al régimen. Mediáticamente se conoció como “La Carta de los Siete”, y en ella llamábamos la atención sobre las arbitrariedades en el caso de Ramón y Addya, aunque también abarcaba otros atropellos a la sociedad civil.

“2 agosto de 2019, autopista nacional Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro:

Cuba precisa el bien. Con hijos encarcelados y tanta voz segada, no hay oportunidad de construir elpaís de todos.

El pastor Ramón Rigal y su esposa, Addya Expósito, fueron detenidos en abril de 2019 en la ciudad de Guantánamo por ejercer el derecho (consagrado en el Artículo 26.3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos) de dar a sus hijos una educación acorde a sus principios y valores. Ya en 2017 enfrentaron un juicio y fueron condenados a prisión domiciliaria por practicar la enseñanza en el hogar o homeschooling.

Rigal y Expósito tomaron la decisión cuando su hija mayor, Ruth, volvió de la escuela con dolores en su cuerpo: había recibido una patada en el estómago, y había ocurrido por su fe cristiana. Ante el acoso o bulling escolar, protegieron a la niña del modo que creyeron correcto, incluso a costa de sus propias libertades.

Por más de dos años la pareja lideró un grupo de nueve familias que sacaron a sus hijos de las escuelas estatales y se sumaron a un programa que incluía materias como Matemáticas, Gramática e Historia, entre otras, mediante la metodología del colegio guatemalteco Hebrom, especializado en educación en el hogar. Tal movimiento espontáneo de la ciudadanía refleja inconformidades y un claro reclamo a diversificar la centralizada educación cubana.

Una vez cumplida la primera condena, Rigal dijo en un audiovisual de la Asociación de Defensa Legal de Home School (HSDLA, por sus siglas en inglés) que el Gobierno le impidió abandonar Cuba junto a su familia aun cuando los boletos aéreos estaban comprados.

El 19 de abril, Ramón Rigal y Addya Expósito fueron sometidos a un juicio que irrespetó el debido proceso. Ni siquiera tuvieron tiempo suficiente para convocar a un abogado que condujera la defensa en un proceso judicial que arrojó dos años de privación de libertad para él y uno y medio para ella por “actos contra el normal desarrollo del niño, asociación ilícita y asociación para delinquir”.

Tras una demorada e infructuosa apelación, Rigal fue sometido sin justificación a régimen de severidad en la cárcel guantanamera donde hoy purga su condena.

EXIGIMOS el fin de las agresiones contra la familia Rigal-Expósito, la libertad para escoger la educación que los padres cubanos deseen para sus hijos, así como la descentralización de la enseñanza en Cuba a todos los niveles. Reconocemos el rol del Estado en el monitoreo de instituciones docentes, pero no como dueño exclusivo de la educación.

Es un derecho de todas las personas y una responsabilidad de la familia, la sociedad y el Estado. En ese orden, y no al revés. Los padres tienen la obligación de alimentar a sus hijos, asistirlos en la defensa de sus legítimos intereses y la realización de sus justas aspiraciones, educarlos y formarlos con valores morales, éticos y cívicos, más allá de una pretendida correspondencia con la sociedad socialista.

Si las autoridades no atienden el reclamo de siete intelectuales y artistas, al menos consideren las más de 30 mil firmas recabadas por una petición de HSDLA a través de la plataforma citizengo.org. El Estado debe proteger la familia, la maternidad, la paternidad y el matrimonio; separar a padres de sus hijos no es la mejor manera de cumplir ese deber.

Mientras el calvario de la familia guantanamera se desarrollaba, en julio de 2019 a varios presidentes de denominaciones protestantes cubanas se les prohibía salir del país para asistir a un evento sobre libertad religiosa en Washington. Eran “regulados”, una práctica que limita la libertad de movimiento aplicada, también y por décadas, a activistas, intelectuales, periodistas y una larga lista de actores de la sociedad civil que el Partido Comunista identifica como enemigos sistémicos.

EXIGIMOS el levantamiento de esa medida, violatoria de las libertades individuales, a todos los ciudadanos cubanos a quienes se les aplique por razones políticas. La lista del Instituto Patmos supera ya los 200 “regulados”.

De igual manera DEMANDAMOS la no criminalización del ejercicio periodístico y el activismo social fuera de la égida del Estado, así como las visiones diferentes a las del status quo sobre el presente y futuro de Cuba. Actitudes como esta llevaron una semana a la cárcel, en julio pasado, al reportero y militante por los derechos religiosos Ricardo Fernández Izaguirre. Esa historia se ha repetido contra varios comunicadores.

El Estado, en la práctica y no solo en la letra, debe respetar, garantizar y proteger la libertad de pensamiento, conciencia y expresión, y reconocer a los ciudadanos, instituciones no estatales y asociaciones, la libertad de prensa.

Cuba precisa el bien, y para eso la libertad de tanta gente y de ella misma.

Creemos y firmamos:

Amir Valle, Alberto Garrido, Yaiset Rodríguez, Sacramento José Acebo, Antonio Lorenzo, CJ Martínez y Yoe Suárez.”

—Mario Félix, si bien es debatible la pertinencia o no de sacar a sus hijos de la escuela estatal, la actitud de este matrimonio ha sido pionera en Cuba. ¿Qué relevancia tienen los pastores presos en un escenario como el de la Isla?

—Han puesto en el ojo público uno de los objetivos priorizados del sistema totalitario: dominar a los ciudadanos desde las más tempranas edades. Esto el Estado lo considera uno de sus principales bastiones.

—Era más de una familia la que practicaba homeschooling con Rigal y Expósito. ¿Podría considerarse que el liderazgo de Ramón y Addya en su comunidad y en el ámbito religioso local puso en alerta a las autoridades?

—Sí. Los procesos judiciales y la dura prisión han sido más que nada un escarmiento para que otros no se atrevan. Por ello les impidieron escapar a Guyana.

»Evidentemente, hubo órdenes de las más altas instancias para que no pudiesen salir de Cuba, o no sin antes recibir un castigo que sirviera de ejemplo. Y al menos en las familias cercanas a Rigal y Expósito que ya comenzaban a practicar homeschool o se interesaban, lo consiguieron.

»Incluso con los propios hijos de Rigal y Expósito, quienes fueron enviados por sus abuelos a las escuelas estatales, por temor a que les quitasen la custodia. La acción de este matrimonio debería poner a pensar a todos.

—Antes de 1959 existían en Cuba varias administraciones escolares: las públicas, las confesionales, las privadas. ¿Pudiera ser esa la solución a las insatisfacciones de gran parte de la sociedad respecto al modelo educacional cubano?

—Esa debería ser la solución. Las iglesias deberían despertar y exigir masivamente no solo la liberación de este matrimonio, sino el derecho a volver a tener colegios y a decidir sobre la educación de los hijos.

»El terreno del Colegio Bautista de Yaguajay, ocupado ilegalmente por empresas estatales, debería ser devuelto a la convención Bautista de Cuba Occidental, y los bautistas deberían exigir su derecho de volver a tenerlo. Igualmente, los metodistas deberían exigir que el edificio donde un día estuvo su colegio en Santa Clara dejase de estar ocupado ilegalmente por el PCC municipal y volver a tener allí su colegio. Y así sucesivamente en toda la Isla, pues los ejemplos se repiten por doquier.

—El Estado ya negó una vez a esta familia la posibilidad de salir del país. ¿Cómo crees que se comporte luego de que los pastores cumplan la condena actual?

—Pienso que los dejarán salir de Cuba, luego de haber recibido el escarmiento. El Estado será el primero en propiciar que se vayan bien lejos. Pero preferiría pensar que las iglesias, sus hermanos en Cristo, no solo van a reaccionar exigiendo su liberación, como lo hizo por ejemplo en el mes de mayo la Liga Evangélica de Cuba, sino que van a dejar de ser efecto del sistema, para convertirse en causa, exigiendo que se ponga fin al monopolio de la educación por parte del sistema totalitario.

»Que el ejemplo de Rigal y Expósito sea una llama que la prisión no pueda apagar, y que el incendio de la libertad que el régimen ha pretendido apagar se propague por todo el archipiélago.

A favor de los Rigal se alzaron más voces. A finales de mayo, los senadores republicanos Mike Braun (Indiana), Marco Rubio (Florida), Ted Cruz (Texas) y Tom Cotton (Arkansas) condenaron en una resolución conjunta al gobierno cubano por encarcelar a dos padres que intentaban practicar el homeschooling.

Pero contra los Rigal también se alzaron voces. Una búsqueda somera en Internet deja verlo.

Un perfil falso de Facebook que lleva el blog oficialista La Guantanamera aplaudió la sentencia del matrimonio bajo la causa de atentar contra el desarrollo de los menores. La web Actuall reseñó que el activista LGBT cubano Roberto Ramos Mori se mofó, “públicamente de la situación en que se encuentran Ramón Rigal y Addya Expósito, un matrimonio de líderes protestantes confinados en el extremo este del país”.

El artículo continuaba: “La niña [mayor de la pareja], de 13 años, fue sacada del colegio al que asistía a causa del bulling al que era sometida por su fe cristiana. ‘Me dieron una patada en el estómago’, dice Ruth en un video que Ramos Mori comentó en la red social Facebook.

»‘Que oren, que Dios proveerá’, escribió irónicamente en los comentarios de un internauta que compartió el video titulado ‘Familia cubana destruida por defender sus derechos y su libertad religiosa’».

2020 Pasaron meses, llegó el 2020 y con él la pandemia del nuevo coronavirus originado en Wuhan, China. El mundo se paralizó, cerraron aeropuertos, negocios y escuelas.

El escritor cubano Luis Felipe Rojas posteó en su perfil de Facebook: “Las paradojas de la vida. No hay día que no piense en cómo el régimen cubano condenó en abril de 2018 a dos y a un año y medio de cárcel a los pastores Ramón Rigal y Addya Expósito, respectivamente, por querer educar a sus hijos fuera del adoctrinamiento ideológico.

»Hoy la pandemia del nuevo coronavirus ha obligado a casi el mundo entero a que los educandos tomen clases a distancia. La práctica del homeschooling ha convivido con la educación regular sin que por ello las familias sean condenadas por los Estados, a menos que sean gobiernos autoritarios —escribió—. Las cosas de Dios».

La observación de Rojas, exiliado en Estados Unidos, hace referencia al Ministerio de Educación de Cuba, el cual pidió a los padres que acompañaran y velaran por el cumplimiento de las actividades orientadas durante las teleclases transmitidas durante los meses de cuarentena. Esos contenidos serían evaluados una vez se reanudaran las clases. ¿Qué es eso sino metodología del homeschooling?

Addya Expósito, fue finalmente liberada el 28 de marzo de 2020, a las cinco de la tarde, en la ciudad de Guantánamo. Mediante una llamada telefónica me dijo que volvió junto a su familia mediante la aprobación de la libertad condicional. Ese beneficio debió recibirlo en octubre, pero había sido aplazado por las autoridades penales.

“Faltaban 17 días para cumplir el año de prisión”, precisó Expósito, y su voz me llegó cansada.

Ramón cumpliría en abril de 2020 el primero de los dos años a los que fue condenado. Addya y él tenían la posibilidad de encontrarse mensualmente en el Combinado de Guantánamo, donde se encuentra el hombre.

Addya guardaba la esperanza de que a Ramón “le den la pena mínima”, es decir, que pueda ser beneficiado con el trabajo en una granja, fuera del centro penal, en la parte última de su condena. Esto le había sido negado hasta hoy.

El coronavirus, por supuesto, fue el otro tema del que hablamos. Addya subrayó que “hay una revolución”, en referencia a las actuales condiciones para enfrentar la pandemia en el reclusorio para mujeres que recién abandonó. Pero cree que las autoridades y las reclusas están tomando todas las medidas para evitar los contagios.

Ramón fue excarcelado tres meses después, en junio de 2020; aunque en su hogar debería extinguir su condena en reclusión domiciliaria.

En un mensaje dado a conocer a través del pastor bautista Mario Félix Lleonart, Rigal agradeció a quienes lo apoyaron, aún sin conocerlo personalmente, durante el tiempo que pasó en prisión en la provincia de Guantánamo.

Rigal volvió a liderar su dispersa iglesia, no reconocida oficialmente por el Estado, a causa de cuyo liderazgo se le impuso un año adicional de sanción. Todo por representar en Cuba al Ministerio Fe Abundante Internacional.

Según el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), con la excarcelación del pastor evangélico quedan todavía 111 presos políticos bajo el castrismo.

Justo cuando la historia de Addya y Ramón iba empezando a cerrarse, apareció un reflejo del otro lado del mundo.

La cadena CBN News contó que un tribunal de la provincia de Fujian, en el sur de China, citó al pastor You Guanda y su esposa, de la iglesia Dianqian en la ciudad de Xiamen. Debían comparecer ante el tribunal el 23 de septiembre.

La Iglesia Dianqian ha sido durante mucho tiempo un objetivo del gobierno chino. El verano pasado, por ejemplo, las autoridades comunistas demolieron las instalaciones de culto de la iglesia después de que el pastor y otros miembros compraran un nuevo espacio para la educación en el hogar, el culto y la residencia, informó The Christian Post.

La web Faithwire informó que cualquier congregación en la red aprobada por el gobierno para reanudar los servicios tras la ola de Coronavirus, debe cumplir con una lista de 42 requisitos previos.

En esa lista se incluyen las órdenes de “intensificar la educación patriótica” y “estudiar la política religiosa de China”. Las iglesias reabiertas también están obligadas a promover la campaña de los “cuatro requisitos”, que comenzó en 2018 como parte de la “sinización” de la religión por parte del gobierno, en la que las culturas no chinas tienen el mandato de asimilarse a la influencia china.

La promoción de la educación en casa de You Guanda contravenía tales órdenes.

El 13 de febrero de 2021 Ramón debiera extinguir la sanción que sobre él pesa; pero las desventuras de su familia, rota por la falta de libertades en el ámbito religioso, educativo y de la patria potestad bajo el socialismo, parece irse sellando como se sella una herida: con la marca siempre visible.


Коментари


bottom of page