HOSPITAL PROVINCIAL DE CAMAGÜEY REACCIONA ANTE EL IMPACTO DE UNA DENUNCIA PÚBLICA
- Will Lukas
- 22 mar 2022
- 3 Min. de lectura

✍ Mario Ramírez 📷 Facebook/ La Hora de Cuba y Hospital Universitario «Manuel Ascunce Domenech»
Cuando hace tres días publicamos el reportaje EL HOSPITAL ACCIDENTADO, aunque nuestro medio ha cosechado antes otros logros sociales, no podíamos imaginar el impacto de este trabajo en las más de 45 000 personas que han interactuado hasta la fecha con el post y, sobre todo, en la reacción del propio Hospital Provincial Universitario «Manuel Ascunce Domenech», en Camagüey, en cuyas instalaciones, apenas un día después del reportaje, tuvo lugar una limpieza general.


Nos llena de satisfacción ese trabajo tan necesario para el hospital, a pesar de lo cual, insistimos, no será con una limpieza con lo que se eliminen las filtraciones del techo y las paredes del Cuerpo de Guardia, punto álgido en el trasiego diario de pacientes al centro y objeto del reportaje de marras. Tampoco, como es obvio, se repararán los baches que podrían provocar un accidente en ambulancias y otros transportes de urgencia.



El hospital, que por estos días insiste en publicar en su página de Facebook noticias «autoelogiosas» como la de las actividades de limpieza o el chequeo reciente de la doctora Yanara Peláez Guerra, directora de la institución, por las diferentes salas del centro, se precia de comenzar el montaje de una planta procesadora de oxígeno con capacidad de 30 metros cúbicos. Una noticia que, desde luego, nos alegra, pero al mismo tiempo nos deja con la duda de si no pudieran dedicarse un poco de esos recursos a la remodelación del Cuerpo de Guardia y otros «detallitos».
Antes de que citen al bloqueo o embargo estadounidense, o se vayan por las ramas de otras falsas «conquistas», permítanme la sugerencia: frente a mi casa, en Lope Recio, se construye una vivienda destinada al decir de los obreros que allí laboran, a funcionarios del estado, esos a cuyo altruismo no le afectará «desviar» materiales para la obra de bien que sería mejorar el hospital a donde acude el pueblo. O, como sugieren varios usuarios en comentarios a nuestro reportaje, inviértase lo gastado en hoteles de lujo para el turismo, en centros hospitalarios. ¿Qué cuesta más, la fachada del Cuerpo de Guardia del Hospital Provincial en Camagüey o la del hotel Gran Aston en La Habana?
Pero si quieren de verdad mejorar la calidad de lo servicios del hospital, utilicen nuestro reportaje como un termómetro para medir lo que está mal, lo que nos falta y lo que urge reparar. No porque lo diga yo, o lo denuncie La Hora de Cuba, sino para escuchar a Alejandro Bryan Figueredo, quien asegura que «las batas (de uso público), la ropa de cama, las almohadas y colchones están en grave deterioro, tienen huecos, peste, manchas, parches, a veces estan sucios y en ocasiones les faltan pedazos. Los pisos con manchas, sangre y demás inmundicias. Hay habitaciones donde el falso techo se está cayendo a pedazos, en otras son las ventanas o las paredes (…) por no hablar de los baños».
O a Olguita Oropesa Vergara, con su hermano y padre esperando ser ingresados por covid en una sala donde falta el agua y no llegan los PCR. O a Dagmar Conde, quien sufrió «que no hubiera sillas de rueda, ni yeso para una fractura múltiple en ese mismo hospital».
A todos ellos, más de 50, agradecemos sus comentarios, pues son los responsables de que una denuncia pública como esta tenga el efecto deseado, que no es otro que la reparación del mal que pasaba, tal vez, desapercibido para el encargado de repararlo. De igual modo los instamos a seguir compartiendo sus testimonios, que son en definitiva la manera en la que hacemos este periodismo, con honestidad y no sin riesgos, que se construye entre todos y que ahora tiene su impacto también sobre una institución tan importante para la sociedad.
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