Cementerio Israelita de Camagüey, testimonio de un pueblo disperso por el mundo
- Tomás Rodríguez
- 30 oct 2023
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 31 oct 2023
Israel enfrenta desde hace algunas semanas una situación compleja, debido al conflicto bélico desatado tras el ataque del grupo terrorista Hamás en la frontera con Gaza. La posición del régimen cubano en el conflicto se inclina a favor de Hamás y los atacantes y culpa a Israel por la escalada de violencia. En Camagüey, donde no hay ninguna sinagoga judía registrada, Cementerio Israelita testimonia la presencia de este pueblo disperso por el mundo.
El cementerio se encuentra ubicado en la carretera Central, entre las calles 3ra y 4ta del reparto Imán, en la entrada occidental de la ciudad agramontina. Fue construido en 1924 y alberga más de dos docenas de tumbas que testimonian diversas tradiciones y costumbres de Israel.
Fotos: © Mairelys Argote e Inalkis Rodríguez (Diapositivas)
Un trabajador del cementerio —quien prefirió el anonimato— nos contó que algunas de las tradiciones religiosas de la comunidad todavía se practican. Por ejemplo, se realiza el entierro lo más pronto posible después del fallecimiento, generalmente dentro de las primeras 24 horas. El entierro se hace directamente en la tierra. Este entierro rápido simboliza la importancia de honrar y despedir rápidamente al difunto. Luego la familia es la encargada de construir la tumba de concreto. Por ello se pueden observar varias tumbas inclinadas. Esta inclinación se debe a la falta de cimientos en su construcción y a la erosión del suelo con el paso del tiempo, lo que hace que pierdan estabilidad.
Otra tradición mencionada por el trabajador es la Tahará, un ritual de purificación que se lleva a cabo antes del entierro. Durante la Tahará, el cuerpo del fallecido es lavado y vestido con prendas simples de lino blanco, como una forma de purificación y respeto hacia el difunto.
También hay, según el cuidador, personas enterradas sin ataúd. Esta práctica, común en algunas tradiciones judías, simboliza la idea de que todos somos iguales ante la muerte y que no hay necesidad de lujos o adornos en el momento del entierro.
En cuanto a las visitas al cementerio, es común que los visitantes coloquen pequeñas piedras sobre las tumbas como un signo de respeto y recuerdo. Los familiares suelen homenajear a sus difuntos en días festivos religiosos.
A lo largo del cementerio, podemos ver tumbas con la estrella de David, un símbolo sagrado y significativo en la tradición judía. La estrella de David, también conocida como Maguen David, es un símbolo de identidad y pertenencia a la comunidad judía. Su forma de seis puntas representa la unión del cielo con la tierra y ha sido utilizada durante siglos para representar la fe y la conexión espiritual. Durante el holocausto, los nazis obligaron a los judíos a usar parches amarillos con la forma de la estrella de seis puntas, lo que hizo que se convirtiera en uno de los símbolos judíos más universales.
En el cementerio descansan los restos de las familias Weiss Schavatz, Pulin Aizenstein, Aguilar Suárez, Albojaire y otras. La mayoría de las tumbas tienen inscripciones en hebreo, o en la lengua regional de cada difunto. Sus nombres y apellidos representan la conexión con sus raíces, su identidad y su contribución a la comunidad.
Aunque la construcción y reparación de tumbas dañadas en el Cementerio Israelita corre a cargo de familiares de los fallecidos, la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey podría garantizar la preservación de este importante lugar. Hay que señalar que la comunidad israelita es una de las comunidades extranjeras más importantes en muchos lugares del mundo. Su presencia y contribución cultural son valoradas y respetadas.
Además del Cementerio Israelita de Camagüey, existen otros cementerios de este tipo en Cuba. En Guanabacoa (La Habana) podemos encontrar el Cementerio Sefardí Judío, llamado así porque es un lugar destinado a esa parte específica de la comunidad. Asimismo, hay comunidades israelitas en otras ciudades cubanas, como Santiago de Cuba, Sancti Spíritus y Santa Clara, que también tienen sus propios cementerios.
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