EL «APETITO» DE LAS FERIAS
- Will Lukas
- 28 dic 2021
- 1 Min. de lectura
✍ Redacción 📷 Nachely Rivero
Aunque Frei Betto, uno de esos intelectuales que sostienen la retórica del régimen cubano, afirma que en la Cuba de hoy no hay hambre, sino un «apetito» injustificado, como por naturaleza de isla o designio de Dios, allí están las ferias de alimentos como la que transcurre por estos días en Camagüey, para evidenciar lo que no necesita explicación.
Tal como el circo romano, o como la feria del más reciente hit de Carlos Varela, la dictadura decide cuándo, cómo y por cuánto tiempo abastecer a su ciudadanía, que enceguecida por la abundancia que en pocas ocasiones en el año vislumbra, acude a estos espacios a saciar, no un apetito desmedido, Frei, sino un hambre colosal, injusta y añeja.
Para colmo tiene que hacerlo sometiéndose a largas colas, madrugando, en aglomeraciones sin ningún cuidado por el distanciamiento social ante las nuevas amenazas del coronavirus y bajo el ojo avizor de boinas negras que padecen la misma hambre. Incluso, para encontrar los mismos productos a precios exagerados que revende la minoría privilegiada con acceso a las tiendas en MLC. Un «apetito» del que, tristemente, quedan excluidos unos cuantos cubanos, cuyos salarios siguen siendo insuficientes para la más copiosa de las ferias.
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