Cementerio de ruinas
- Will Lukas
- 5 abr 2023
- 2 Min. de lectura

📷 Nachely Rivero
✍️ Mario Ramírez
En este abril se cumplirá un año desde nuestra última visita al Cementerio General de Camagüey. En aquella ocasión, un reportaje publicado por este medio visibilizó el lamentable deterioro en el que se encuentra el camposanto en funciones más longevo del país (el próximo 3 de mayo llegará a los 209 años de fundado).
Recientemente visité el lugar para constatar la continuidad de unas ruinas que parecen la metáfora exacta del sistema que las engendró. Entonces recordé el impacto de nuestro reportaje, al que pronto se sumaron varias denuncias ciudadanas y alguna que otra resaca de los ciberdefensores del régimen.


📷 Nachely Rivero
Uno de estos últimos, cuyo perfil en Facebook tiene por nickname Ernesto Cervantes, nos decía que es «un gran error pretender que sean atendidas unas obras y otras no, el camagüeyano que se respeta, sabe que poco a poco se va interviniendo en la necrópolis de la ciudad». Para ser exactos, el «poco a poco» de Ernesto se remontaría al 2019, cuando finalmente fue aprobado un proyecto de remodelación del cementerio, luego de décadas de discusiones en la Oficina del Historiador de la urbe, y según una tesis publicada por la revista de este centro.


📷 Nachely Rivero
Aunque el usuario nos acusó de «hipercríticos» y no respondió a nuestra invitación a recorrer el cementerio para supervisar el balance de restauración y deterioro del lugar, las fotos que les mostramos, un año después, evidencian un grado de destrucción y desidia institucional que deja muy mal paradas las razones de Ernesto.


📷 Nachely Rivero
Esta vez, las acumulaciones de escombros por doquier son incluso más frecuentes que en años anteriores. Los nichos destapados, derruidos y vandalizados son un sello de distinción de un sector considerable de la necrópolis, mientras la naturaleza gana partido allí donde el ser humano se olvida, con yerbas y arbustos emergiendo entre losas rotas y obras sin terminar.


📷 Nachely Rivero
Para colmo, el tendido eléctrico del cementerio amenaza con irse al piso con la caída de un momento a otro de los gastados postes que lo sostiene. Y todo esto, sin entrar en muchos detalles, mirando con el ojo simple pero severo de quienes, como yo, visitamos los restos de nuestros seres queridos, guardados al pairo en un cementerio de ruinas.
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