Casa de visitas del central Manatí: las ruinas de un tiempo expropiado
- Tomás Rodríguez
- 28 oct 2023
- 2 Min. de lectura
En el pequeño pueblo de Manatí, situado en la provincia de Las Tunas, se alzaba una imponente estructura en el centro de la localidad: la casa de visitas del antiguo central azucarero. Durante muchos años, este lugar fue testigo de momentos significativos en la vida de toda la comunidad, convirtiéndose en un símbolo de la historia y el progreso de la región.
El central de Manatí fue fundado en 1912 por la Manatí Sugar Company, bajo el liderazgo de la familia Rionda. El ingenio fue pronto adalid de la industria azucarera en la zona. En 1959, el régimen cubano expropió la refinería y pocos años después cambió su nombre a Argelia Libre.
Con el cese de la producción de azúcar en el central y su cierre en 2002, más de mil trabajadores se quedaron sin empleo, sin contar la devastación de la mayoría de las construcciones. Entre ellas se encontraba la casa de visitas.

Después del paso del ciclón Ike en 2008, la casa quedó en un estado de completo deterioro. Sus paredes, que alguna vez estuvieron llenas de vida y recuerdos, se desmoronaron lentamente debido al implacable paso del tiempo y a la negligencia de las autoridades locales.
Algunos habitantes de la zona afirman que la ruina de la casa no fue causada únicamente por el clima, sino también por el robo perpetrado por vecinos. "Poco a poco se fueron llevando las cosas, primero los espejos, los muebles y hasta los marcos de las puertas", relata una de las tantas jóvenes que crecieron jugando en los jardines de la casa, consultada por este medio bajo la condición de anonimato.
Ella nos contó que la casa solía ser un lugar de evocación, para recordar la época en la que el central azucarero era próspero y proporcionaba empleo al 90% del pueblo. Hoy en día, las ruinas del central y de la emblemática casa son un recordatorio de la falta de preservación histórica y del abandono del régimen.
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