LA MADRE TIERRA EN LA QUE CUBA NO INVIERTE
- Will Lukas
- 22 abr 2022
- 3 Min. de lectura
✍️ y 📷 Inalkis Rodríguez
Cada 22 de abril se celebra a nivel mundial el Día de la Madre Tierra y este año el lema que representa a la campaña es: «Invierte en nuestro planeta». Sin embargo, para los cubanos que nos preocupamos por los temas medioambientales, las preguntas son: ¿qué se hace en Cuba que merezca la pena celebrar este día? ¿Qué invierte el estado para resolver un problema que nos afecta a todos?

El objetivo principal de esta fecha, enmarcada en Naciones Unidas desde 2009 y festejada desde 1970, es ampliar y diversificar el movimiento ambiental en todo el mundo y movilizarlo eficazmente para construir un medio ambiente saludable y sostenible. Además, hacer frente al cambio climático y proteger la tierra para las futuras generaciones.

En Cuba, salvando las excepciones aisladas de activistas pro medio ambiente, se hace muy poco o casi nada en este sentido, a pesar de tener un Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente que cuenta con notorios recursos económicos y que más bien parece lucrar con ellos el resto del año.
Este día instituciones estatales mencionan la fecha, buscan niños y jóvenes para dos o tres actividades, montan un teatro filmado en el que llegan a plantar algunos árboles que nunca regarán ni atenderán, pero eso sí, cumplen con el organigrama, sin hacer conciencia de que la Madre Tierra es la casa donde vivimos toda la vida.
Lo que sí es constante son los problemas de contaminación de ríos, playas, bahías, gases contaminantes de industrias y fábricas, vertederos en los que se mezcla todo tipo de basura, como por ejemplo, plásticos, vidrios, baterías o pilas, embases de aerosoles, nylon, gomas, desechos de comidas y mucho más. A todo esto una vez depositado en los vertederos, se le prende fuego sin importar las consecuencias y así de esta forma van eliminando la acumulación de basura.
A lo que hay que sumar, lamentablemente, la tala indiscriminada, ya sea en fincas particulares como estatales e incluso en áreas protegidas. Varias fuentes que prefirieron el anonimato aseguran a este medio que en la Empresa para la Protección de la Flora y la Fauna Sierra del Chorrillo, en la provincia de Camagüey, existe en estos momentos un alto nivel de deforestación debido a la tala ilegal.
En esta área, que abarca más de 324 caballerías de tierra y muchas de ellas con altas elevaciones, no ha habido impedimento para talar los árboles. Cuentan las fuentes que, por muy alta que sea la loma, no hay cedro, baría o caoba que se les escape a los irresponsables; el suelo está liso de tanto arrastrar los árboles que cortan. Sin contar que el ébano negro, planta que lamentablemente ocupa la categoría de peligro de extinción, ha sido otro objetivo clave de la tala en dicha área. Es un árbol muy codiciado por los talladores de madera, ya que el corazón de esta es de color negro intenso y cualquier figura hecha de esta planta, vale literalmente una fortuna.
Estos y muchos más son ejemplos de que en Cuba hacemos muy poco por proteger a la Madre Tierra, y ni hablar de la inversión efímera que el régimen deposita en el pedazo de planeta que habitamos. No es suficiente celebrar un día que es pura apariencia para quedar bien ante el mundo, cuando verdaderamente quienes tienen el poder lo que más les preocupa es su bienestar, logrado la mayoría de las veces en detrimento del suelo que pisamos y del aire y el agua que nos mantienen vivos.
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