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SACERDOTES CATÓLICOS AL RÉGIMEN CUBANO: «QUEREMOS UNA CUBA DONDE REINEN LA JUSTICIA, LA LIBERTAD Y L

  • Foto del escritor: Will Lukas
    Will Lukas
  • 11 nov 2021
  • 4 Min. de lectura

✅ El «¡Basta ya!» de sor Nadieska

✍ Nachely Rivero y Mario Ramírez

Un grupo de sacerdotes y diáconos de la Iglesia Católica cubana firmaron este miércoles 10 de noviembre una carta dirigida a las autoridades del régimen pidiendo la paz y el respeto a la marcha pacífica del próximo 15 de noviembre.

“Los que firmamos esta carta somos cubanos, sacerdotes católicos llamados a ser pastores de nuestro pueblo, que queremos sólo el bien de nuestra patria, queremos una Cuba donde reinen la justicia, la libertad y la paz», comienzan diciendo en la carta publicada en la página en Facebook de Aerópago Cubano.

Los 16 firmantes iniciales son los curas de la Arquidiócesis de La Habana: Jorge Luis Pérez Soto, Jorge Luis Gil Orta, Kenny Fernández Delgado y Luis Alberto Formoso; de Cienfuegos: José Conrado Rodríguez Alegre; de Camagüey: Alberto Reyes Pías, Rolando Montes de Oca Valero, Fernando Gálvez Luis, Alberto Martín Sánchez y Castor José Álvarez Devesa; el dominico Lester Zayas Díaz; los jesuitas Ramón Rivas, Danny Roque Gavilla y Eduardo Llorens Núñez; el salesiano Wilgen Cancio Álvarez y el diácono Maykel Gómez Hernández.

“El 11 de julio miles de cubanos salieron a las calles con un clamor que durante muchos años fue un grito ahogado: ¡Libertad!” continúa la carta, que luego denuncia las manifestaciones violentas y las detenciones que sufrieron los cubanos que se manifestaron el pasado 11J, siendo muchos de ellos “juzgados y condenados duramente sin haber hecho el mal”. Sucesos vividos de cerca por algunos de los firmantes, como en el caso de Castor Álvarez, todavía en proceso por participar en las manifestaciones.

Para el 15N, al menos dos de estos sacerdotes, Alberto Reyes y Rolando Montes de Oca, han anunciado su disposición a acompañar al pueblo en la marcha.

Montes de Oca declaró en exclusiva a este medio que “los sacerdotes debemos acompañar la vida de nuestro pueblo y hacerle sentir nuestra presencia y compañía. Salir el 15 o no, es una decisión que cada uno en conciencia debe tomar. Pero en cualquier caso lo que debe guiar cada una de nuestras decisiones ha de ser el servicio como padres y pastores al pueblo que Dios nos ha confiado”.

La Marcha Cívica por el Cambio ha generado muestras de que el régimen está dispuesto a reprimir y hostigar, demostrándolo en su “llamado masivo al enfrentamiento violento” y en sus constantes citaciones y advertencias a los firmantes de la solicitud de marcha pacífica, por lo que la misiva pide a las autoridades que no se golpee a los manifestantes, ni se les calumnie por su forma de pensar. Asimismo que no se les impida, ni se les arreste por protestar pacíficamente.

Los religiosos expresaron su desacuerdo con la promoción de la violencia y rechazaron “la orden de combate, los palos entregados en los centros de trabajo, las convocatorias a ‘ejercicios de defensa’”.

«Cuando se escriba lo que sucedió el 15 de noviembre», estimaron los clérigos, «sólo habrá dos alternativas: hablar de aquellos que fueron convocados a golpear y reprimir pero decidieron proteger y cuidar a sus compatriotas; o se cuente cómo golpeaste a tu hermano y cómo reprimiste a aquel que estaba reclamando lo que otros muchos añoran».

Posterior a la publicación en Areópago, otros sacerdotes suscribieron el documento y entre ellos Enrique Corona, Julio A. Barrios, Asiel Rodríguez, Ricardo Ortega, Manuel D. Ríos, además del obispo auxiliar de Newark monseñor Manuel A. Cruz y los diáconos Orlando Fernández Guerra y Antonio Orestes Hernández Díaz.

EL «¡BASTA YA!» DE SOR NADIESKA

Estas firmas se suman a la “Súplica abierta” de la religiosa Sor Nadieska Almeida, publicada en el mismo Areópago Cubano, en la que llama a poner fin a la violencia, a la división entre cubanos por sus ideas y a la sumisión del pueblo a la pobreza con un contundente “¡Basta ya!”.

«¿Es ese el modo de pensar como país? ¿Es eso lo que queremos que aprendan las generaciones que se están formando? ¿Es esa la manera de recuperar a nuestra patria? ¿Es tan difícil permitir una marcha que es legítima en sí misma? ¿Acaso no será más fácil dejar que cada quien exprese su sentir?», preguntó la religiosa perteneciente a la orden Hijas de la Caridad.

Sor Nadieska, popular meses atrás por sus visitas a la sede del Movimiento San Isidro, mientras sus miembros se encontraban acuartelados y en huelga, continuó su «súplica» preguntando «¿Cómo es posible que mientras unos ofrecen caminar vestidos de blanco con una rosa en la mano, recordando el poema de nuestro querido José Martí, a otros los preparen con fusiles, bates y consignas de muerte? «.

A todo esto la monja respondió con un BASTA YA, en mayúsculas, para acabar con las mentiras del régimen, como esas de «hacernos creer que en nuestro país todo está bien» o la de «ignorar los gritos de las madres que tienen a sus hijos presos con largas condenas por decir con valentía».

«Hasta que no aprendamos el hermoso arte de acoger la diferencia como una riqueza», sentenció Sor Nadieska, «nuestra Cuba seguirá siendo un lugar de partida y no de llegadas, seguirá siendo un cómodo lugar para el turista y un castigo para casi todo el que vive en ella».

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