OTRO 8 DE MARZO SIN LEY CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO Y MÁS FEMINICIDIOS EN CUBA
- Will Lukas
- 8 mar 2021
- 3 Min. de lectura

✍️ Mario Ramírez 📷 Tomado del perfil en Facebook de Aylín Torres Santana
✅ Los feminicidios en Cuba suman al menos siete en lo que va de año
✅ La aprobación de la Ley Integral contra la Violencia de Género está prevista en el cronograma legislativo cubano para 2028
✅ Feministas en Cuba advierten de estado de emergencia por violencia machista en el país
Este 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, y en aquellos lugares donde aún queda pendiente la discusión de derechos de las féminas, la jornada suele estar marcada por protestas y exigencias a las autoridades. Cuba ha sido, como en muchas otras demandas de la sociedad civil, la excepción.
Sin embargo, en los últimos años y gracias al empoderamiento que significa el acceso a internet, el movimiento feminista en la isla ha ido ganando terreno y ya no puede pasar desapercibido para el régimen.
La Red Femenina de Cuba, plataformas de apoyo a las víctimas de la violencia de género como Yo Sí Te Creo y la revista feminista Alas Tensas, además de la publicidad de la prensa independiente cubana, lograron registrar en 2020 la cifra de 29 feminicidios, más abusos e intentos de feminicidio contra mujeres y niñas en el país.
En 2021 la cifra no es menos alarmante, pues en lo que va de año ya se reportan siete casos de asesinatos de mujeres por violencia machista. El más reciente acontecido el 4 de marzo pasado.
La situación se torna delicada, sobre todo cuando varias de las voces punteras en el activismo feminista en Cuba, como la académica Ailynn Torres Santana en sus publicaciones en OnCuba, consideran que la violencia y la desigualdad de género están asentadas en las bases legales de la Constitución cubana, y por esa razón reclaman desde hace más de dos años la aprobación de una Ley Integral contra la Violencia de Género.
El 21 de noviembre de 2019 una propuesta de esta ley, firmada por 900 personas en Cuba, fue entregada a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), en vísperas de la IX Legislatura de ese órgano gubernamental. No obstante, el cronograma legislativo de diciembre de ese año, desestimó el proyecto y consideró incluir la violencia de género entre las 107 normas jurídicas a analizar en 2028, cuando tenga lugar la próxima Legislatura de la ANPP.
La directora del estatal Centro Nacional para la Educación Sexual (CENESEX) declaró en ese momento al portal Cubasí que “hay más de 50 leyes en la lista de las que se va a trabajar; a partir de que se creen las comisiones para cada una de ellas, es que se va a decidir si se crea una ley integral para la atención a la violencia contra la mujer o si se incluye en otras leyes, en eso se está trabajando”.
Desde entonces hasta la fecha los feminicidios han ido en aumento en Cuba. Esto sólo contando los casos cuyas particularidades no han podido ser ocultadas por el secretismo de las autoridades, que este 5 de marzo, según EFE, anunciaron la creación futura de un Observatorio de Género en la isla.
La iniciativa fue promovida por Teresa Amarelle Boué, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), aunque no reconoce el papel del activismo independiente en la exigencia de cifras claras sobre los casos de feminicidios a nivel nacional, ni las demandas que la sociedad civil ha llevado a cabo en este periodo.
En febrero pasado la Red Femenina de Cuba, Yo Sí Te Creo y Alas Tensas lanzaron una declaración conjunta considerando al país en «estado de emergencia» ante el empuje de la violencia machista y el aumento en los conteos independientes de los feminicidios (en ese momento seis, en dos meses). Una carta posterior dirigida a Amarelle Boué instaba a trabajar en conjunto para lograr objetivos concretos en este sentido, y pedía la ratificación del estado de emergencia.
Lo que ocurre a nivel institucional y parainstitucional es un modus operandi bien conocido: conversaciones a puertas cerradas con activistas, promesas de leyes, aplazamientos, pequeños avances (como la habilitación de una línea telefónica, 103, para denuncias), pero nada que contribuya a erradicar de base el problema. En cambio, la criminalización del activismo feminista, como de cualquier otro activismo considerado por el régimen dentro de la disidencia, continúa. Y continúan también los feminicidios, la violencia contra la mujer y la desigualdad de género institucionalizada.
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