Alina Bárbara López: «Los derechos solo existen si son ejercidos»
- Will Lukas
- 8 abr 2023
- 5 Min. de lectura

📷 Alina Bárbara López, 2022 (Facebook/ Alina Bárbara López Hernández)
✍️ Mario Ramírez
«Los derechos sólo existen si son ejercidos. Los ejerceré», concluyó en un reciente post en Facebook la historiadora matancera Alina Bárbara López Hernández. Hasta hace poco desconocida en redes sociales, su detención arbitraria y la vejación de sus derechos constitucionales por tres agentes de la Seguridad del Estado (SE) este jueves, han pasado a ser tendencia en Cuba.
Tras conocer del arresto en La Habana del intelectual y amigo Jorge Fernández Era, López Hernández se fue al Parque de la Libertad, en Matanzas, a exigir su liberación.
«Estuve sentada primero en el parque, pero comprendí que debía visibilizar el motivo de mi protesta. Improvisé allí mismo un cartel muy simple con mi pésima letra de zurda y empecé a recorrer el espacio del parque. Algunas personas se acercaron a leerlo y preguntaron quién era Jorge, cosa que expliqué muy brevemente», contó la profesora y excolega del escritor en el medio independiente La Joven Cuba.
Posteriormente, funcionarias del gobierno provincial y el director provincial de Cultura, Osbel Sánchez, se llegaron al lugar para requerir a la manifestante y trasladar la discusión al ámbito privado de una oficina en la sede del Gobierno.
«Empezaron a entrar varias personas, unas diez si la memoria no me traiciona. Pedí que se presentaran todos, la mayoría era del Buró Provincial del Partido, también ubicado frente al parque: uno era el funcionario que atiende la esfera Político-Ideológica (muy mal preparado para esa función dicho sea de paso), otra era la funcionaria que atiende el tema de la defensa, otros dos de esas áreas, cuatro eran funcionarias del gobierno, y el director de Cultura que entraba y salía constantemente dizque averiguando telefónicamente por la situación de Jorge, que era mi principal objetivo, después me percaté que no era así, con quienes hablaba era con tres agentes que estuvieron todo el tiempo en un auto plateado y que evidentemente le insistían para que me convenciera de desistir. Mi respuesta fue la misma: ‘cuando suelten a Jorge'», relató López Hernández.
Dentro del local, la intelectual resistió el embate por turnos de los funcionarios del régimen, quienes preguntaron por el objeto de su protesta, el por qué lo hacía en Matanzas si Fernández Era había sido apresado en la capital y más incisivamente sobre el financiamiento de La Joven Cuba, medio temido por la dictadura al defender una idea del socialismo que dista mucho de la proyectada por la revolución de los Castro.
López Hernández aclaró en todo momento que su manifestación era individual y pacífica, y que por tanto ejercía un derecho reconocido en la Constitución.
Sobre La Joven Cuba, declaró que «el problema de un medio no era recibir apoyo financiero, pues todos lo necesitan para funcionar, desde el Granma y Cubadebate hasta LJC, que lo que no debía ocurrir, al menos éticamente, era un conflicto de intereses al recibir dinero de agencias gubernamentales norteamericanas con fondos para cambio de régimen, pero que existían agencias que incluso muchas veces también financiaban proyectos del gobierno cubano y que no veía conflicto alguno de intereses, pues los medios de prensa alternativos son necesarios, especialmente en el caso de Cuba con un sistema político discriminatorio».
Para algunos, como el intelectual cubano exiliado Fernando Almeyda, la protesta de Alina Bárbara, en solitario y con un cartel sostenido en sus manos, se compara con aquella que llevó a prisión al joven Luis Robles en diciembre de 2020.
Pero lo que no podía imaginar la profesora, tras el intercambio «respetuoso, a veces amable incluso» con los funcionarios, fue lo que le esperaba a la salida del Gobierno. Vencidas las sinrazones de los ideólogos, tres agentes de la SE, groseros, prepotentes y luego violentos intentaron secuestrar a la intelectual y conducirla en un carro plateado que esperaba en las cercanías del lugar. Lo que siguió fue un forcejeo entre los tres agentes, Alina, su hija y su yerno.
«Fue un momento denigrante: tres hombres entrenados intentando reducir por violencia a tres personas pacíficas. Con mi yerno utilizaron una llave en el cuello para inmovilizarlo, a mi hija Cecilia, que es un amor de persona en su educación, le rompieron la sombrilla, y el reloj, pero no lograron separarnos. Incluso una amiga querida que allí estaba intentó mediar. Grité pidiendo auxilio y creo que se preocuparon, pues nos dejaron de agarrar. Ellos no me dieron golpes en la cara o el cuerpo, tampoco a mi hija, pero nos empujaron, halaron, tiraron contra la pared en el intento de secuestro, que eso era lo que a fin de cuentas trataban de hacer», contó la profesora.
Tras la resistencia, la calma y una charla prolongada con «el menos agresivo» de los agentes, Alina Bárbara logró saber que Fernández Era ya estaba en libertad y expresó su deseo de terminar la manifestación e irse a casa, cuando una patrulla de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) apareció para conducirla a la unidad de Playa, en Matanzas.
«Aunque les dije a los oficiales de la policía que era injusto, los acompañé. Me dijeron que por radio les habían indicado que en el parque había un escándalo público, y dije que efectivamente, que yo me había resistido a un secuestro ilegal dentro de la institución cultural en que estábamos y que el escándalo había sido provocado por los tres agentes», argumentó la detenida.
Con su hija esperando en la recepción de la estación y las redes sociales atentas al caso, López Hernández fue interpelada por la oficial del lobby y una instructora. Esta última le extendió una carta de advertencia que la profesora se negó a firmar y a reconocer.
«Entramos en un interesante intercambio cuando explicó que la advertencia no era porque yo me manifestara, sino porque otras personas podrían intentar unirse. Respuesta: si lo hacen también estarían ejerciendo su derecho. Argumentó entonces que podrían ocurrir actos de violencia. Respuesta: para eso estaría la PNR, para cuidar que los manifestantes pacíficos no se extralimiten, aunque les aclaré que conocía de incidentes violentos a veces organizados por agentes encubiertos para enrarecer situaciones así», detalló López Hernández, quien asegura que se manifestará el 18 de cada mes, en el mismo parque de la Libertad.
El pasado octubre, la historiadora llamó la atención de la SE cuando figuraba su nombre como prologuista del libro La peor generación, antología de jóvenes artistas y escritores críticos con el régimen de la isla. Por ese entonces recibió varias citaciones de la SE, a las que no fue y a las que, como Fernández Era, presentó reclamaciones de nulidad por violación de la Ley de Procedimiento Penal, en su caso ante la Fiscalía Provincial de Matanzas.
Comments